La digitalización de las empresas es un hecho prácticamente irremediable. Sus beneficios son muy relevantes y podría considerarse una necesidad para subsistir. Por ello, y para conocer en qué estado se encuentran, las empresas deben conocer el nivel de madurez digital. Vamos a hablar sobre ello.
¿Qué es la madurez digital?
La madurez digital es el nivel de desarrollo y adaptación que tiene la empresa respecto a una metodología digital. Servirá para conocer la capacidad de una empresa para aprovechar las oportunidades de tecnología, así como para enfrentar los desafíos asociados.
La madurez digital refleja diferentes ámbitos, como la infraestructura tecnológica, las competencias para utilizar herramientas y aplicaciones, la asimilación de procesos y la cultura digital para de innovación y agilidad ante las oportunidades.
Para conocer el nivel en que nos encontramos, es posible utilizar diferentes métodos. Como el test de madurez digital ofrecido por Acelarapyme para optar a las ayudas del Kit Digital.
Ventajas
Una empresa con un índice de madurez digital alto aumentará su competitividad en el mercado, ya que será más efectiva en los procesos internos, y podrá ofrecer mejores y más rápidas soluciones a los clientes. Además, tendrán una capacidad de adaptación elevada ante cambios de contexto.
Por el contrario, un bajo nivel de digitalización supondrá estar rezagado respecto a la competencia y acercarse peligrosamente hasta la ineficacia, incapacidad e incompetencia.
¿Cómo mejorar el nivel de madurez?
Existen diferentes pautas que son necesarias controlar para mejorar el nivel de madurez digital de la empresa. Podíamos organizarlas de la siguiente manera:
1. Conocer necesidades y objetivos digitales: hay que saber el punto donde estamos y al que queremos llegar.
2. Fomentar la cultura digital: toda la empresa debe estar inmersa en una metodología innovadora.
3. Invertir en herramientas digitales: tanto internas como en las que puedan favorecer procesos con clientes.
4. Formar a empleados: no basta con contar con las herramientas, sino que deben ser utilizadas correctamente.
5. Evaluación de resultados: es necesario conocer cómo ha influido la estrategia para poder realizar mejoras.
6. Adaptación constante: hay que asumir aquello de «renovarse o morir», y más en un mundo tan cambiante, donde las evoluciones tecnológicas dejan en obsoleto muchos procesos en un corto plazo.
Modelos de madurez digital
Los modelos de madurez digital son marcos de referencia que sirven para medir el desarrollo en esa materia. Con ello, ayudarán a las empresas a conseguir esos objetivos tecnológicos y una transformación digital. Podemos destacar cuatro modelos.
– Modelo de McKinsey: se centra en cinco dimensiones clave (estrategia, cultura, talento, capacidades organizativas, y agilidad).
– Modelo del MIT (Massachusetts Institute of Technology): aquí encontraríamos cuatro dimensiones principales (capacidad digital, liderazgo digital, transformación digital, y entrega de valor digital).
– Modelo de Gartner: hablaríamos de cinco etapas, que pasarían desde “inmadura” hasta “navita digital”. Es el más centrado en un progreso y una transformación digital.
– Modelo de Capgemini: valora cinca dimensiones clave (visión y estrategia, organización y talento, operaciones y procesos, tecnología y datos, y experiencia del cliente).
Implantar cualquiera de esos modelos puede servir para conocer cuál es el rumbo respecto a la consecución de una madurez digital. Un objetivo para el que ineludiblemente será necesario contar con herramientas como CRM, almacenamiento en la nube, firma digital, inteligencia artificial, chat o automatización de procesos.