Cada vez más empresas están optando por implantar esta tecnología en sus negocios, independientemente del tipo de firma electrónica que hablemos. Así, es fácil encontrarse con la firma digital, que permite a los usuarios validar los documentos legales que requiera la empresa para cerrar acuerdos comerciales, o llevar a cabo cualquier transacción. Veremos cómo utilizan las empresas estas firmas y cómo distinguir las diferentes que existen.
Cómo introducen las empresas la firma electrónica
La era digital ha derivado en el rápido crecimiento de los negocios online. Muchas de estas empresas no cuentan con tienda física para que los clientes puedan acudir presencialmente, ya sea a comprar algún producto o a resolver cualquier duda. En su lugar, todas estas acciones se realizan de forma online. Pero la transformación digital es también necesaria para quien su ámbito de actuación es offline.
Por ello es útil, e importante para crecer, contar con la firma digital de documentos. Así clientes, o cualquier receptor, podrá mostrar su conformidad en diferentes procesos. Y la firma se gestionará de manera inmediata sin importancia en la localización de ambas partes.
Además, las empresas pueden incorporar este requerimiento de firma en sus webs a través de integraciones API que, de forma automática solicitarán al usuario la firma electrónica cada vez que se vaya a finalizar un proceso de compra o similar. También puede utilizarse a nivel interno para el cierre de contratos a nuevos empleados o, por ejemplo, cerrar acuerdos comerciales con proveedores.
Cómo se diferencian los tipos de firma electrónica
La principal diferencia entre los tipos de firma electrónica se encuentra en su nivel de seguridad y su validez jurídica. Quedan definidas por el Instituto Nacional de Ciberseguridad, apoyadas en la Ley 59/2003, de 19 de diciembre, de Firma Electrónica. Así, podemos distinguir:
Firma electrónica simple
Es la firma de menor nivel de seguridad. Simplemente consta de datos electrónicos que se asocian a otros, como podrían ser los utilizados mediante un usuario y una contraseña. Pueden servir para la identificación del firmante. Suele ser utilizada para documentos y transacciones de poco valor, dado que puede ser fácilmente manipulable.
Firma electrónica avanzada
El siguiente paso a la firma electrónica simple. En ella se garantiza, de manera inequívoca, la identidad de la persona que ha llevado a cabo la firma, siendo además la única permitida para ello. La otra principal característica se encuentra en la integridad del documento, aspecto conectado con la trazabilidad intrínseca. Este tipo de firma electrónica la podemos encontrar, por ejemplo, en la firma biométrica manuscrita.
Firma electrónica cualificada o reconocida
Esta sería la firma equivalente a una rúbrica de puño y letra en papel. Está orientada a usuarios que lo necesiten a nivel profesional, ya que es totalmente vinculante y válida por sí misma a nivel judicial, tanto en España como en cualquier miembro de la Unión Europea. En este caso, la firma lleva adherida el certificado digital.
Todos los datos están protegidos con la máxima seguridad, y sólo los firmantes tienen acceso a los documentos. Y con ella, por supuesto, queda vinculada la identidad del individuo con el documento firmado, y se garantiza la integridad y trazabilidad en él.
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